16 de septiembre de 2010

Faro Martín García

Coordenadas: 34° 11' S, 58° 15' W
Altura de la estructura: 12,69 mts
Puesto en servicio: 26 de julio de 1897
Fuera de servicio: febrero de 1938
Alcance lumínico: 15 millas


Sigo recorriendo el mapa hacia el sur, en busca del próximo faro, y encuentro el Faro Martín García en el Río de la Plata, prácticamente en la desembocadura del río Uruguay, muy próximo a la costa uruguaya. Éste se yergue en la isla homónima que fue descubierta por la expedición de Juan Díaz de Solís en 1516 y que obtuvo su nombre del despensero de la expedición, Martín García, quien murió a bordo y cuyo cadáver fue dejado en la isla.

En esta pequeña isla tan estratégicamente ubicada el faro fue testigo ocular del trabajo en las canteras realizado por los presos que ella albergaba, de los exiliados líderes políticos, de personas en cuarentena por cólera o fiebre amarilla y de combates...

Luego de dos viajes cancelados a la isla Martín García, finalmente hoy, 12 de septiembre de 2010, podemos concretarlo. Nicolás me llama para decirme que se ha quedado dormido y que pasará más tarde, lo que me da más tiempo para bajar fotos viejas a mi computadora y vaciar la tarjeta de memoria. Quiero sacar la mayor cantidad de fotos posibles de la isla, el faro y su entorno. Decido no desayunar por temor a que el viaje en avión me descomponga y termine con el interior de mis entrañas en el interior de la cabina.

Nico llega a mi departamento cerca de las 9:30, acompañado por su sobrina Paz y su amigo y camarógrafo Hernán Díaz. Partimos los cuatro rumbo al aeródromo de San Fernando. Allí nos esperan Ricardo y Flavia con un cambio de planes: no podemos viajar en el avión de 6 plazas y nos proponen hacer dos viajes en un avión más pequeño. Fine by me! Yo sólo quiero pasar un día agradable en la isla, sin importar cómo llegue a ella.

Tenía entendido que Ricardo Montesano iba a ser nuestro piloto, pero al subirme al avión me encuentro con que Flavia Antonietti se halla al mando de la aeronave. No salgo de mi asombro al descubrir que nuestra piloto, con cara de niña, sonrisa amigable, mediana estatura y contextura pequeña, cuenta con tan solo 20 años de edad. No obstante irradia vitalidad y demuestra tanta confianza y seguridad en su vuelo que despierta una profunda admiración dentro de mí y hace que este vuelo sea doblemente placentero.

Hernán y yo volaremos juntos primero; cargamos nuestros bolsos en el LV-ZKY y mientras yo me preocupo por mis posibles nauseas en el vuelo, Hernán se ocupa de filmar el recorrido. Afortunadamente el despegue es suave y el vuelo placentero: mi estómago agradecido. Desde arriba puedo observar paisajes familiares como la estación de tren de Tigre, el puerto de frutos y el parque de diversiones. El río Luján, junto con todos los canales del delta del Paraná, tejen una telaraña plateada en la superficie terrestre. Las casas con sus muelles, los clubes, barcos y lanchones vistas desde esta altura me recuerdan a las maquetas de los museos. Ricardo nos avisa que pronto veremos la desembocadura del río Uruguay...me pierdo en la belleza del paisaje, observando los islotes y las sombras que las nubes proyectan en el Río de la Plata.

Luego de unos 20 minutos de vuelo, divisamos la isla Martín García…un giro y pronto el avión besa el suelo. Mientras Flavia y Ricardo regresan a San Fernando a buscar el resto de la tropa, Hernán y yo nos adentramos en la isla. Lo primero que encontramos son edificios abandonados, bastante venidos a menos, algunos con sus techos colapsados, ventanas desvencijadas y vidrios rotos o inexistentes. Hay signos de presencia humana, ropa tendida por aquí, una luz encendida por allá, pero no cruzamos a ningún lugareño. Parece una isla fantasma. Hernán me cuenta su idea de querer hacer un corto en la isla y en mi cabeza surgen miles de posibles historias…este lugar tiene potencial.


Llegamos hasta el comedor Solís donde preparan el fuego para un asado; lo recorremos con los ojos y seguimos caminando por las calles desoladas hasta que finalmente divisamos el tanque de agua. Allá quiero ir, al lado se encuentra el faro de la isla.

Caminamos por las calles escoltadas por grandes árboles y